La Huerta se encamina a la explosión floral de mayo
Los árboles se están cubriendo de hojas, abandonando los frutales sus flores, y exhibiendo las protuberancias de sus frutos. Este año será de buena cosecha de peras y albaricoques.
Los rosales aún no han florecido, aquí no suelen hacerlo hasta mediados de mayo, y empiezan los rosales trepadores. Los jazmines amarillos y blancos ya llevan semanas engalanados. Las glicinias, clematis y pasionarias les faltan un par de semanas. Los pájaros y las ranas están revolucionados. Una pareja de mitos ha elegido para anidar la lámpara del porche de la cabaña y los mirlos están muy atareados con el trasiego de ramitas para sus nidos en los bajos de un membrillero, en la cruz de un madroño o en la espesura del ramaje de la madreselva.
La luz del sol brilla de manera especial, dorada y refulgente, Las temperaturas suben lentamente, la estufa de leña ya no hay que encenderla, y los tulipanes y jacintos lucen sus últimos colores para dejar el sitio para que nazcan los dompedros.
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