Jorge Gónzalez me da sorpresas
El pasado 5 de octubre, Jorge Gonzalez, cronista oficial de Los Cárcheles, nos hizo una visita guiada por el valle del Monasterio de Cazalla.
Inicialmente conocimos el Castellón de Cazalla, donde nos explicó el poblamiento de la zona desde la prehistoria hasta la construcción de esta fortificación en época romana. Pudimos comprobar los restos humanos esparcidos en el olivar colindante procedentes de la necrópolis romana -unas veinte tumbas- descubierta por él hace unos años. La fortificación romana fue posteriormente reforzada por los árabes, apreciándose los dos lienzos diferentes de muralla.
Allí nos mostró un mapa con la distribución de los castillos y torres de vigilancia de la zona en época árabe y cristiana, en tiempos de frontera entre Castilla y Granada. A los investigadores históricos les faltaba una torre vigía, que según él debía estar en el área del Convento.
De allí nos fuimos a ver un chozo de piedra dando vistas a Carchelejo y recorrer los restos del antiguo Monasterio de Nuestra Señora de la Esperanza, hoy reconvertido en cortijo, visitando también la Huerta de los Frailes.
La sorpresa fue que Jorge descubrió allí la torre perdida, en el Cerrillo de San Marcos, plagado de restos de tejas y cerámicas. Según él, pertenecían a la cubierta de la torre medieval. El emplazamiento era el perfecto porque comunicaba con el castillo de Arenas, el de Cazalla y las torres de Cárchel y la Estrella. Aún quedaban esparcidas piedras originarias de la torre, que eran las mismas que las usadas en la construcción posterior de la iglesia, es decir, seguramente desmontaron la torre entera para usar su piedra en la construcción del monasterio. Ya había pasado el peligro, el reino nazarita se había rendido y desparecida la frontera. Se repoblaron estas tierras con colonos cristianos de Castilla, las órdenes religiosas se instalaron en la zona y el convento surge utilizando la piedra de la torre. Era el comienzo del siglo XVI, cuando llegan los Agustinos, que después venderían el Convento a los basilios a finales del mismo siglo.
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