Jaime Izquierdo es de esos amigos a los que profeso una enorme admiración. Su inteligencia, su capacidad de análisis y su valía intelectual son una referencia actual para entender lo que está pasando en el medio rural. Es un hombre que está siempre trabajando a pie de terreno, sencillo y buena persona, curioso, observador e investigador. Ha escrito muchos libros de análisis sobre el medio rural, pero "La casa de mi padre" es más que un libro, es una piedra esencial de análisis y de respuestas, realizadas con un rigor y una capacidad pedagógica encomiables.
Coincidí con él el pasado miércoles, 22 de noviembre, en los Valles Pasiegos de Cantabria como ponentes en unas jornadas. Aprendí mucho y además, sin darse cuenta, me dejó una tarea urgente a realizar durante este año. Una tarea larga, donde su libro será mi almohada de consulta.
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