Fotos de un 1 de mayo de 2012

Siento la satisfacción del trabajo terminado. Después de muchos domingos de este invierno y también de esta primavera, el nuevo muro lo he levantado. Son muchas agujetas y dolor riñonal. Recogí piedras poco a poco; tierra de aquí y de allí para nutrir los nuevos arriates; y finalmente el resultado de un muro en escalera con tres terrazas para llenarlas de plantas. La ladera empobrecida y árida se convertirá en otro espacio más de la huerta-jardín de los Frailes, que trata de heredar las viejas filosofías de las huertas árabes del medievo con los jardines monásticos. Ahí estará, para el disfrute del mundo, sobre todo de los habitantes de la huerta, sus moradores diarios, que no son los humanos.













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