La huerta empieza a producir





Como una explosión de fuegos artificiales, de la noche a la mañana, los pepinos, los calabacines, los tomates y los pimientos nos han empezado a regalar sus maravillosos frutos. Las plantas de las calabazas expanden sus tallos rastreros como pulpos cubriendo el suelo de la huerta. Todo es una masa viva verde que crece cada día.
España entera se despereza de la resaca de varias jornadas de orgía de autoestima patria con la victoria en los mundiales de fútbol. Como la masa verde de la huerta, la masa roja y amarilla de la bandera se ha adueñado de todos los cuerpos jóvenes y viejos del pais. Por primera vez observo que la bandera la han democratizado un equipo de jugadores catalanes que seguramente era lo último que pretendían. Desde ahora es la bandera de España sin paliativos. Y envueltos en la bandera se han sacudido la crisis económica, la depresión general y la tristeza. Tendremos problemas, pero estamos contentos. Nunca entenderán lo suficiente estos jugadores la gran contribución política que han hecho a la construcción nacional, incluida a la consolidación de la monarquía. Qué maravilloso sería este pais si tuviese representantes políticos con la altura suficiente para entender lo que ha pasado, la enorme energía positiva acumulada, y su capacidad para transformarlo todo. Nunca se presentará otra ocasión como esta. Desgraciadamente la enorme mediocridad política pronto nos recordará que todo fue un sueño.
Yo particularmente querría contribuir con mi pequeño grano de arena, renovando las ganas de trabajar en proyectos, con la vista hacia adelante, en armonía con mis semejantes y mi entorno.

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